Las personas somos muy selectivas y honestamente, algo difíciles. Eso significa que desde el momento en que tu correo llega al usuario, el simple hecho de tener un título "genérico" te garantiza una bateada magistral.

 

Debes tener muy en cuenta qué quiere tu público, qué es lo que busca de tu empresa o de ti y explotarlo con creatividad; algo tan sencillo como una pregunta ("¿Quieres verte genial?") o mejor aún, su nombre ("Luis, esto te va a encantar"). Pica inmediatamente su interés y lo demás es historia.

 

 

Tu campaña de mailing debe tener solo un objetivo: llegar a la bandeja de entrada. Si lo logras, ya tienes un cliente asegurado. ¡PERO OJO! No todos tus clientes quieren lo mismo, y ninguno es igual a otro. Debes conocer tu mercado: ¿Qué edad tiene tu clientela promedio?, ¿La mayoría son hombres/mujeres?, ¿Son jóvenes?, ¿Tienen la solvencia para consumir seguido lo que ofreces? Pero sin duda, la más importante es bastante sencilla: ¿Qué les interesa? Hay una razón por la que te están escogiendo sobre la competencia y por ello debes explotarlo al máximo.

 

 

Imagina que tu pareja te regale la misma tarjeta de cumpleaños todos los años. Frío, ¿no es así? Bueno, un mensaje genérico da una sensación algo similar, o peor aún, hace que se vuelvan indiferentes a tu marca.

 

¿Pero y si cada año tu pareja te regalara algo completamente diferente, hecho a mano y que se nota que le dedicó tiempo? Completamente diferente, ¿verdad? Ahora, eso no significa que cada correo será hecho a mano sino que a tus clientes les gusta sentirse diferentes. Algo tan sencillo como un nombre (nos gustan nuestros nombres) hace TODA la diferencia ante tu competencia. Si ellos se sientes especiales, ya ganaste media batalla.

 

 

Sigamos siendo sinceros: ¿Leerías un correo de una tienda de jabones, presumiendo que son la mejor tienda de jabones y que tienen el jabón perfecto para ti? Probablemente no, o al menos no con mucho interés. Porque eso es lo que hacen todas las empresas, todo el tiempo. Y si, suena muy contraproducente el no hacerlo, pero en la práctica esto hace toda la diferencia entre ser una empresa más y ser la empresa que tus clientes escogerán.

 

Regresando al ejemplo, ¿y qué tal si la tienda de jabones dice en realidad, que saben que te gusta la higiene, tu cuidado y que no escoges cualquier marca barata porque tu vales más que eso? Ni siquiera mencionaste tu producto, pero ya tienes su interés y más importante aún, su atención.

 

 

Que algo quede claro, y es que nadie tiene tiempo y mucho menos interés en leer toda tu propuesta de mercado por correo. Tendrás que ser creativo y eso implica simplicidad. Mucha simplicidad.

 

Todo contenido de mailing se divide en 3 partes: Introducción, Argumentación y "Call to Action" (ese ahorita lo vemos).  En pocas palabras: I) Debes de meter al cliente con originalidad en tu texto, II) Convencerlos con emociones e ideas que tu producto/marca vale la pena, III) Y para sellar con broche de oro...

 

 

¡Que hagan algo al respecto! Tu correo los lleva de la manita hasta tu propuesta y con el "Call to Action" les presentas exactamente lo que están buscando: TU MARCA (y por lo tanto, tu producto). Hasta un simple botón de "Conocer más" convierte a un interesado en un posible cliente. Si todo el correo es una carta de amor, el CTA es el boleto al cine. Claro, el cliente decide si tomará el boleto o no, pero honestamente es muy difícil decir que no si la carta de amor está muy bonita.

 

En Genotipo, conocemos muy bien la importancia de una gran Campaña de Mailing y sabemos como aplicarlo para tu empresa.